La creencia de que muchas personas no pueden vivir sin sal, es una realidad más que una ficción. Por lo visto detrás de todo esto se esconde un mecanismo de naturaleza evolutivo. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Iowa (EEUU) sobre las ratas, al eliminarles el consumo diario de sal, estas carecen de motivación para llevar a cabo sus actividades diarias, además de tener conductas antisociales. Esta necesidad de consumir sal parece ser que se relaciona con nuestros organismos pasados, que evolucionaron en medios ambientales salinos (océanos), donde el cloruro sódico era un elemento vital para la vida. Sea así, o no, en un contexto más práctico, es que muchas campañas que se llevan en contra del consumo de sal son un poco excesivas; ya que este condimento, es ese pequeño toque que alegra cada comida, y que como cualquier antidepresivo, su uso moderado tiene el efecto deseado.
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