HIJOS DE UN SOLO PADRE Y DE VARIAS MADRES

En la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, un grupo de investigadores han llevado a cabo una técnica de fertilidad pionera. Gracias a esta, se puede obtener embriones del ADN de un solo padre y de dos madres. El objetivo de este experimento es corregir el ADN de las mitocondrias, que es el que se transmite de madres a hijos, para que este no sea afectado por ninguna enfermedad hereditaria. A pesar de las críticas que acarree este tipo de experimentación. Debe ser preferible la prevención antes que la cura. Estos métodos han de utilizarse para que el ser humano llegue a este mundo sin ninguna deficiencia fisiológica de antemano y tenga una vida digna. No es entrar, en cuestiones físicas de que si el niño es rubio o moreno, alto o bajo… ya que esto más bien se corresponde con percepciones individuales y cuestiones estéticas. Sino, en casos prácticos, en los que se pueda prevenir una enfermedad hereditaria a través de la ciencia. Si es este el objetivo principal, ninguna ley debe estar por encima del bienestar de cada ser humano.

Sal para la depresión

La creencia de que muchas personas no pueden vivir sin sal, es una realidad más que una ficción. Por lo visto detrás de todo esto se esconde un mecanismo de naturaleza evolutivo. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Iowa (EEUU) sobre las ratas, al eliminarles el consumo diario de sal, estas carecen de motivación para llevar a cabo sus actividades diarias, además de tener conductas antisociales. Esta necesidad de consumir sal parece ser que se relaciona con nuestros organismos pasados, que evolucionaron en medios ambientales salinos (océanos), donde el cloruro sódico era un elemento vital para la vida. Sea así, o no, en un contexto más práctico, es que muchas campañas que se llevan en contra del consumo de sal son un poco excesivas; ya que este condimento, es ese pequeño toque que alegra cada comida, y que como cualquier antidepresivo, su uso moderado tiene el efecto deseado.

La impresora “multifunción”

Pues resulta que investigadores del Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa (EEUU) acaban de inventar una impresora muy parecida a la inyección de tinta. Sin embargo, esta tiene la peculiaridad que imprime directamente células sobre la piel quemada, facilitando la protección y la curación de las heridas. De momento se pretende implantar su uso en ayudar a los soldados heridos en Afganistan e Irak.

Pero en un futuro esta máquina podría suponer una revolución, por ejemplo ese típico día de playa en el que se te olvidado echarte la crema bronceadora y llegas a tu casa súper irritado. Sin embargo, no pasa nada, introduces en tu impresora las partes quemadas y por arte de magia son regeneradas y el dolor desaparece. Esta idea es fabulosa, pero no os parece que habría que recurrir a ella en casos que fueran graves o de extrema necesidad. Ya que, ¿podría olvidar nuestro cuerpo su capacidad de memoria de autocuración al ver que ya no la necesita, como un paso más hacia la “evolución”?

“ENVEJECER ACENTÚA LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES”

Hace un par de días he leído un artículo en la revista “Muy Interesante”, este afirmaba que a medida que nos hacemos mayores se incrementa las diferencias entre cada individuo ya sea físicas o psicológicas. No es en este punto donde quiero centrar mi atención. Lo llamativo que comentaba es que dependiendo las experiencias que la persona hubiese tenido en su vida, estas delimitan en gran parte como vamos a ser de mayores. Comentaba por ejemplo que tener una autoestima alta, un alto nivel de sociabilidad, además de tener contacto diario con personas… favorece nuestra vejez de una manera positiva. Este dilema, que aquí se plantea, podría cambiar el tópico de que cuando somos mayores somos unos seres dependientes, inútiles, encorvados, decrépitos…. y que por tanto, tenemos la posibilidad de elegir cómo queremos ser, mejorando nuestra vida durante su transcurso, para asegurarnos nuestro futuro.